Eduardo Matos Moctezuma, Ph.D. Director, Museo del Templo Mayor Mexico City, Mexico ¿Es importante el patrimonio nacional? Es importante considerar el patrimonio nacional, por ejemplo en el caso de México, porque es parte de su propia historia, es decir, todas las culturas que estuvieron aquí antes de la llegada de los españoles son parte de nuestra historia. Los objetos que ellos hicieron, las ciudades que ellos crearon, los edificios, etcétera, son parte de nuestra propia historia, de nuestro pasado. Por lo tanto, la protección que se les da es proteger precisamente algo que es nuestra propia historia, es decir, proteger los objetos, los materiales producidos por las culturas del pasado en México y que están consideradas como nuestras raíces, como nuestros antecedentes históricos. Desde esa perspectiva hay esta protección muy fuerte a los materiales arqueológicos porque ellos tienen parte de esa historia del país. Por eso es que se considera muy importante su protección, su defensa, su difusión histórica, su estudio, etcétera--para que se conozca, se respete y siga aportando una información rica para el conocimiento de nuestro pasado. La ley mexicana En México la ley es muy clara con relación a los objetos arqueológicos, es decir, los objetos prehispánicos son considerados como patrimonio nacional. La ley dice que no pueden ser vendidos, ni trasladados, ni heredados, porque son de propiedad nacional. Por lo tanto, cualquier objeto arqueológico que se vendiera estaría bajo esta ley y sería un acto ilícito. La ley es muy dura en el aspecto de la destrucción arqueológica o la venta de objetos arqueológicos. La ley dice que se puede poner una pena de cárcel de uno a diez años de prisión a quienes destruyan, trasladen o vendan material arqueológico. [Por lo tanto] solamente el Instituto Nacional de Antropología puede llevar a cabo excavaciones arqueológicas en México, u otras instituciones nacionales o extranjeras, pero que solicitan el permiso al Instituto Nacional de Antropología. De ahí en fuera, cualquiera persona que tenga material arqueológico en su poder--en sus casas--tiene que registrarlo ante el Instituto de Antropología. Si no lo hace, es ilícito poseer estos materiales. O sea, la ley en general protege mucho los monumentos arqueológicos ya que los considera como una propiedad nacional. Tipos de robo Bueno, en 1985 fue muy conocido el robo que se hizo en el Museo Nacional de Antropología. Se robaron más de cien piezas arqueológicas de cuatro salas de este museo. Inmediatamente intervino la policía, y años después pudieron recuperarse todos los objetos. Las personas que hicieron el robo todavía están en la cárcel--están presos por el robo que hicieron. Hay otro tipo de robo: el saqueo en zonas arqueológicas que están a veces en lugares alejados o en [la] selva, que no están muy bien custodiadas. También son objeto del saqueo, del robo, por grupos organizados. Esto está también altamente penalizado, como ya se mencionó, porque se considera que ir a un sitio arqueológico para obtener objetos y venderlos es una destrucción que se está haciendo al patrimonio nacional. En ocasiones se ha podido detener a personas que traían piezas robadas de algún sitio arqueológico y se les ha detenido, se han recuperado los objetos y a estas personas también se les ha aplicado la ley. Como se puede ver no existe la propiedad privada en objetos arqueológicos puesto que se consideran objetos de un patrimonio nacional. Desde esta perspectiva, cualquier robo en museos, cualquier robo en zona arqueológica, cualquier intento de sacar del país objetos arqueológicos es un acto criminal que está penado por la ley. Los indigenas y el patrimonio En México actualmente hay cincuenta y seis grupos indígenas, pero en general nunca se ha presentado la situación de que soliciten que se les regresen materiales arqueológicos de sus antepasados. No se ha dado esta situación. Yo he podido hablar con algunas gentes indígenas, y ellos se sienten muy orgullosos de ver en los museos lo que fueron sus antepasados y que se vean ahí estas piezas por todo mundo, que las puedan visitar todos y que vean que sus antepasados tuvieron grandes civilizaciones, grandes ciudades, crearon objetos magníficos. Lo que veo es que aquí se siente el orgullo de que se conozca a través de los museos estos materiales. Museos mexicanos México tiene una provisión arqueológica y museográfica muy grande. Sabemos que el Museo Nacional de Antropología ganó premios internacionales cuando fue construido. O sea que hay una tradición muy fuerte en el aspecto de museos y siguen creándose nuevos museos, unos pequeños, otros más grandes, pero que dan una idea de las culturas de la región donde se hacen estos museos. Se han excavado muchísimos sitios, se han abierto muchos museos nuevos, como el Museo del Templo Mayor que comenté antes y muchos otros. Se abrió el museo en Casas Grandes, el Museo de las Culturas del Norte. También, cerca de la ciudad de Mérida en Yucatán, se abrió el Museo del Pueblo Maya. Así se ha ido abriendo museos muy nuevos a lo largo y lo ancho del país. Cuando yo empecé a estudiar, en 1959 y los años sesenta, había ideas que ahora han sido o corroboradas o desechadas. Por ejemplo, en los años sesenta fueron muy importantes los trabajos que se hicieron en Teotihuacán por la Universidad de Rochester. Nos amplió el panorama muy grande de esta ciudad. Después hubo nuevas corrientes que fueron entrando en la arqueología. Vino algo de la llamada "nueva arqueología," pero pasaron muy rápido estas ideas. Actualmente yo creo que estamos en un momento de transición en que muchas ideas han sido cambiadas, se ha conocido mejor a ciertas sociedades. Fíjese en los mayas, por ejemplo: un gran adelanto ha sido el poder leer la escritura maya en las estelas, en los monumentos. Esto ha sido un paso muy fuerte para el conocimiento de la cultura maya, por ejemplo. Mi historia Antes de entrar a la universidad a estudiar arqueología, yo tenía dudas de qué estudiar. Yo no sabía bien si iba a estudiar arquitectura o alguna otra rama, pero un día cayó en mis manos un libro que se llama en español DIOSES, TUMBAS Y SABIOS. Es un libro que originalmente está escrito en inglés y trata de la arqueología en Egipto, en Mesopotamia, en Mesoamérica, en fin, trae varios ejemplos. A mí me apasionó la parte de Egipto. Leí mucho, me gustó mucho todo lo de la historia antigua de Egipto de los faraones, etcétera. Eso me inclinó al estudio de la arqueología. Entonces entré a la escuela de arqueología en 1959, y me gradúe en 1965. He trabajado en varios lugares arqueológicos. He trabajado en grandes ciudades antiguas como Teotihuacán, Cholula, Tenochtitlán, Tula y otros sitios. Me he especializado más bien hacia el aspecto de la arqueología urbana, digamos de las grandes ciudades antiguas. Quizá el trabajo más importante es él que realizamos aquí en el Templo Mayor--en el templo principal de los aztecas--en donde trabajamos durante cinco años en excavación. Se han publicado muchísimos trabajo por mis colaboradores y por mí sobre lo que aquí se encontró, y se han mandado esas posiciones a que se conozca lo que aquí se ha encontrado. El museo actualmente con la zona arqueológica del Templo Mayor, desde 1987 (en que se inauguró), ha sido visitado por más de siete millones de personas. Tuvieron una repercusión muy grande estos hallazgos. A mí me ha tocado estar dando conferencias en muchas partes del mundo sobre estos hallazgos. He estado en diversas universidades, en los Estados Unidos la Universidad de Colorado en Boulder me dio el Doctorado Honoris Causa en ciencia por los trabajos del templo mayor. En París me otorgaron palmas académicas y otros reconocimientos. En fin realmente ese trabajo con mis colaboradores tuvo una repercusión muy grande, muy fuerte y yo creo que por eso es que ahora el museo y el sitio arqueológico del Templo Mayor son visitados por muchas gentes.